Los síntomas y signos de Lupus se pueden parecer a otras enfermedades (poca especificidad), son a veces muy vagos, aparecen y desaparecen y todo ello dificulta el diagnóstico del Lupus . Por lo tanto el diagnóstico se hace con una serie de síntomas y signos que se obtienen de la historia clínica más la exploración física y de los resultados de un análisis de laboratorio que incluye los llamados autoanticuerpos. La biopsia de órganos no es imprescindible para realizar el diagnóstico del Lupus.
Para ayudar al diagnóstico del Lupus de una forma uniforme a nivel mundial, el colegio Americano de Reumatología (ACR) publicó una lista de 11 síntomas, signos o parámetros del laboratorio que han permitido y permiten clasificar o diferenciar a las personas que padecen Lupus Sistémico de otras enfermedades que se pueden confundir. En la siguiente tabla se pueden observar estos parámetros. La presencia de cuatro o más de estos parámetros permiten clasificar al enfermo y por lo tanto diagnosticarle de Lupus Sistémico. No obstante, es más seguro el diagnóstico cuando más específicos de Lupus sean los parámetros. El tener parámetros específicos asegura más el diagnóstico que el tener cuatro o mas criterios. Los anti – DNA a título elevado, anti – Sm positivo, las lesiones cutáneas de Lupus Discoide o eritema malar son específicas de Lupus.
Pruebas de laboratorio en el Lupus
– Anticuerpos antinucleares:
La primera prueba de laboratorio que tuvo mucha importancia hasta la década de los 70 fueron las células LE, pero quedó en desuso con la aparición de la determinación de los anticuerpos antinucleares (AAN), por ser menos sensible que AAN por inmunofluorescencia y no ser más específica. Los lupus Sistémicos en más del 99% tienen los AAN positivos y se han convertido por su sensibilidad en la prueba básica en el diagnóstico del mismo. No obstante, su especificidad es baja ya que se puede encontrar en otras enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, síndrome de Sjogren, la esclerodermia, vasculitis, las enfermedades de tiroides autoinmunes, personas que toman medicamentos como Procainamida, Hidralazina, Isoniazida, Clorpromazina, Minociclina, Estatinas, Hidracida y otros con menos probalidad, algunas infecciones como Mononucleosis infecciosa, el SIDA, la lepra lepromatosa, endocarditis bacteriana subaguda, paludismo o sífilis. Su valoración se hace mediante un microscopio de inmunofluorescencia usando tejido de rata que puede preparar cualquier laboratorio u otras preparaciones comerciales en los que se deposita el suero del enfermo a estudiar, se forman 4 patrones de imágenes, siendo el homogéneo y el moteado los habituales en los enfermos de Lupus, se titulan diluyendo el suero del enfermo hasta una dilución que ya no muestra ningún patrón y de allí que se diga AAN positivos desde 1/40 hasta 1/2560, que suelen ser el título mínimo y la máxima dilución que suelen mostrar los pacientes con Lupus Sistémico. Un valor inferior a 1/160 se suele valorar como negativo o de escaso valor para el diagnostico de Lupus. Por lo tanto los AAN son imprescindibles para el diagnóstico del Lupus pero habría que estudiar más al enfermo, para hacer el diagnóstico de esta enfermedad.
-Identificacion del tipo de anticuerpo antinuclear mediante una prueba más especifica:
Una vez tenemos los AAN positivos por inmunofluorescencia se debe identificar contra que antígeno (proteína) va dirigido el anticuerpo. Las pruebas especiales de reacción antígeno-anticuerpo, son también de mucha utilidad para el diagnóstico de Lupus. Estas incluyen la determinación de anti-ADN, anti-Sm, anti-RNP, anti-Ro y anti –La. Estas pruebas consisten en conseguir una reacción del anticuerpo del suero de una persona con AAN positivos con un antígeno purificado como es el enzimoinmunoanálisis (ELISA), el inmuno-blott, inmunodifusión o la inmunoprecipitación. El ELISA es la más utilizada por las características técnicas, aunque los valores bajos de positividad deberían de comprobarse por técnicas más específicas.
– Anticuerpos antifosfolipido: anticoagulante lúpico y anticardiolipina:
La detección de los anticuerpos anti-fosfolípidos, tipo anticardiolipina (aCl) por ELISA o anticoagulante lúpico (AL) por métodos coagulométricos inespecíficos es fundamental en el diagnóstico y posterior control del Lupus por lo que significan estos anticuerpos. Así, aCl y AL predisponen a sufrir trombosis y/ o complicaciones durante la gestación en la mujer con Lupus portadora de estos anticuerpos. Estas pacientes pueden precisar tratamiento anticoagulante y/o antiagregante para prevenir trombosis o pérdidas fetales durante el embarazo. Las sustanciasb2glicoproteina I (b2GPI) y la protrombina o factor II de la coagulación sanguínea tienen una relación como antígeno de los aCl y AL, respectivamente. No obstante, su determinación como anti-b2GPI o anti-protrombina no han resultado imprescindibles en la práctica clínica. Sólo si la paciente presenta clínica hemorrágica y el tiempo de coagulación de la protrombina ha descendido hay que determinar los anti -protrombina. Los Lupus con estos anticuerpos más trombosis y/o pérdidas fetales se les diagnóstica Síndrome Antifosfolípido asociado al Lupus o secundario, ya que también se puede ver en personas sin Lupus y entonces se le denomina primario.
Otros autoanticuerpos:
El Lupus es la enfermedad que más autoanticuerpos produce y cualquier anticuerpo, de los más de 100 conocidos, puede encontrarse en algún enfermo de Lupus. Otros autoanticuerpos que deberían de conocerse en los pacientes con Lupus aunque no sean imprescindibles para el diagnostico son: anticuerpos anti – tiroides, anti – hematíe, antiplaquetas, Antic – p- ribosoma, Anti –musculo liso, anti – mitocondrial subtipo 2, anti célula parietal gástrica, anti – transglutaminasa tisular, anti – C1q inhibidor esterasa y anti – C1q.
Complemento:
El sistema o cascada del complemento lo forman un conjunto de proteínas que se activan en cascada (una después de otra) y que se pueden alterar en el Lupus por la capacidad de la enfermedad de activar y destruir o consumirlas. Lo componen un total de 9 proteínas y el Lupus puede tener descendido el C3 y/o C4. El descenso del complemento junto a niveles altos de anti- DNA puede significar una enfermedad más complicada y predisponer a que se altera el riñón con más frecuencia.
Relación del laboratorio con las manifestaciones clínicas:
No siempre hay relación entre la presencia de autoanticuerpos y las manifestaciones clínicas. A continuación una tabla muestra una posible relación entre la clínica y los autoanticuerpos.
Biopsias de tejidos en el Lupus:
Una biopsia en una o un pacientes con Lupus está indicada siempre que por los síntomas y signos más exploraciones complementarias de laboratorio o de imagen haya dudas de lo que le sucede al enfermo. La piel y el riñón es lo que se biopsia con más frecuencia por ser más accesible y por su frecuente afectación. También por ser fácilmente localizable por ecografía. Aunque no es imprescindible la biopsia del riñón para tratar un enfermo, si que nos identifica los distintos tipos de inflamación o las glomerulonefritis I, II, III, IV y V, cuyo tratamiento y pronóstico puede variar según el tipo. También, nos identifica el grado de cicatrices o de cronicidad que presenta el riñón.
La biopsia de otros órganos es excepcional y pocas veces está indicada. No obstante, en ocasiones, puede estar indicada una biopsia de hueso para realizar un análisis de la medula ósea para casos en que el médico tenga dudas de la causa de una cifra alterada de leucocitos, hematíes o plaquetas. Una biopsia de hígado puede ser necesaria para saber cual es la causa de la alteración de la biología hepática y según la lesión pueda indicarse un tratamiento.
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